LIDERAZGO PERSONAL Y CUALIDAD DE VIDA

26 marzo, 2018 AutoLiderazgo posts Liderazgo en general 2
Liderazgo personal

LIDERAZGO PERSONAL Y CUALIDAD DE VIDA

De una forma u otra, desarrollar el liderazgo personal aporta calidad y cualidad de vida, dibujando un camino responsable de libertad. Liderar tu vida te permite estar en el momento presente tomando las mejores decisiones en congruencia con tus valores.

Qué es liderazgo personal y qué te da

El liderazgo personal es la forma primera en la que tomas el timón de la responsabilidad sobre tu vida y tu libertad.

Está ligado al empoderamiento, puesto que ambos se desarrollan con el mismo fin, adueñarse del propio destino, sin victimizaciones ni quejas improductivas.

Desde ahí es difícil que se produzcan situaciones de acoso o mobbing, y si aparecieran, el desarrollo de tu liderazgo personal te permite afrontarlas con iniciativa y determinación. Dejando de ser sujeto pasivo (víctima) para pasar a ser sujeto activo.

Liderar tu vida te permite elegir conscientemente a quien sigues, puesto que todos somos líderes y seguidores de causas o personas, sin dejarte llevar por la corriente.

Liderar tu vida te permite obtener una sensación de plenitud sostenible en el tiempo, pase lo que pase alrededor, haciéndote responsable de tu destino y desterrando culpas inútiles que no te llevarían a una acción determinada y consciente.

Liderar es CO-CREAR espacios de colaboración, creatividad, cambio y desarrollo de nuevos paradigmas con tus «seguidores».

No es ser el jefe o directivo socialmente exitoso, aunque sí te lleva al éxito interno y externo.

Liderar es influir, inspirar e impulsar, rodeándote de personas dispuestas a sacar su grandeza en cualquier ámbito.

Un líder no es un vendemotos exitoso y mediático, o un monologuista con gancho.

Es momento de dejar de identificar la palabra líder con el vendedor de humo que está rodeado de una masa de incondicionales, que siguen atrapados en la “rueda del hámster” de un comportamiento compulsivo e inconsciente.

Donde lo único que cambian es de una “rueda de el hámster” a otra, para seguir actuando desde un movimiento compulsivo e inconsciente, pero sin moverse del sitio, aunque cambien de causa.

Devolvámosle la dignidad y su auténtico significado a la palabra líder y a su hacer: Liderazgo.

El estado en el liderazgo personal

El estado fundamental desde el que nace el liderazgo personal es el estado de consciencia y el compromiso.

Desde ahí el líder busca congruencia entre lo que desea, siente, piensa, dice y hace.

De ahí le viene la confianza, la iniciativa, la determinación y la capacidad de tener una mirada global de quién aspira a un bien mayor que su importancia personal.

La capacidad de liderar nuestra propia vida la tenemos todos.

Otra cosa es llegar a darse cuenta de cuando NO lo estamos haciendo y confiar en que tenemos lo necesario para poderlo hacer.

Que no va a ser fácil cambiar nuestros comportamientos y salir de la zona de seguridad, está claro.

Para lograrlo hay un ingrediente fundamental: el compromiso, y este nace de la confianza.

Comprometernos tiene que ver con la determinación de mantener la iniciativa sostenida, pase lo que pase fuera.

Y eso es empoderarse. Ganar poder personal. 

El camino del líder es realmente un «Camino del Héroe»

En este camino del líder, que no deja de ser un camino del héroe, encontramos todos los estadios propios de este proceso de desarrollo personal. Hay tramos que es mejor recorrerlos acompañados de mentores que ya pasaron por ahí, y otros los tendrás que hacer en solitario.

El mentor (un coach o alguien que ya lo transitó) siempre estará disponible cuando lo necesites y se marchará cuando corresponda, dejándote enfrentarte a tus propios “dragones” (miedos) para que realmente vivas la experiencia y dejes emerger nuevos recursos.

Una historia de liderazgo personal como actitud de servicio

Recuerdo, cuando ejercía labores directivas en una empresa, que en algunas formaciones nos perdíamos en discusiones bizantinas a cerca de si el líder nace o se hace. Como si eso tuviera trascendencia.

Yo era de la opinión de que el líder nacía y luego se profesionalizaba.

Lógicamente, mi visión estaba condicionada por mi sentir, por una parte, y por la influencia de la cultura patriarcal por otra.

Ahora, pasados algunos años y numerosas experiencias profesionales y vitales, entiendo el liderazgo personal de un modo muy distinto.

El liderazgo personal es en el fondo una ACTITUD de servicio. El resto son herramientas.

Me viene a la cabeza una situación profesional en la que sin ser consciente del “proceso”, ni de las herramientas, sentí esa actitud de servicio.

Estábamos en los años noventa, cuando mi función en la empresa era como mando intermedio de un organigrama empresarial absolutamente patriarcal, y donde empezábamos a incorporarnos algunas mujeres a puestos con cierta capacidad de decisión, aunque más en funciones ejecutivas que directivas.

Ocurrió que estalló una bomba en una sucursal de nuestra empresa, y hubo sospecha, o aviso, de otro artefacto explosivo también en el centro donde yo trabajaba.

A penas habían pasado 5 días de haber refrescado el plan de emergencia que cada 6 meses entrenábamos.

En ese plan de evacuación yo tenía un puesto de 3ª línea, al igual que mi otra compañera mujer, aunque conocía todos los roles del plan.

El directivo que debía liderar el plan no estaba en ese momento en el centro. Y el resto (todos hombres) tenían funciones de 2ª y 3ª línea de intervención o responsabilidad.

La contraseña para el despliegue y ejecución del plan de evacuación era una frase “curiosa” por la megafonía interna del centro.

Estábamos en plena campaña de navidad, con el centro lleno de clientes y la consigna que correspondía a la evacuación total e inmediata, sonó por megafonía.

Quedé paralizada unos segundos, como no creyendo lo que escuchaba. No era un simulacro. Iba en serio.

Se acercó Vicen, mi otra compañera femenina en labores ejecutivas, y me preguntó si había oído la contraseña. Yo le dije que sí, pero que no era posible.

Inmediatamente la volvieron a repetir y me encontré con todos los responsables del plan de emergencia viniendo a mirarme con una pregunta implícita en los ojos que después explicitaron : ¿Qué hacemos?.

Ahí sentí eso que llamo “ACTITUD”.

Aunque pueda sonar ridículo, mi respuesta fue : “Tomo el mando”. Y lideré la evacuación eligiendo como 2ª del plan a mi amiga y compañera Vicen, el resto cumplieron las funciones ejecutivas de 3ª línea.

Detrás de mi frase “tomo el mando”, sentí inconscientemente la Iniciativa de querer hacerme cargo de esa responsabilidad, la confianza de poderla liderar con éxito, la determinación de no flaquear ni dejarme influir por creencias limitantes (miedo) o comentarios catastróficos y la mirada global de ver el plan globalmente desde el bien común. Ni mío, ni de la empresa, ni de los clientes, sino de todos a un tiempo.

La evacuación se produjo en tiempo y forma y en pocos minutos, todos estábamos a salvo en el “punto de encuentro” acordado.

Desde esta actitud de servicio insisto en que el líder sirve doblemente, desde arriba y desde abajo.

Es básico darse cuenta de que el liderazgo absoluto (sólo desde arriba) sería liderazgo sólo del EGO. Sin embargo, el liderazgo como “posición situacional” en un sistema es la razón de ser de ese líder dentro de ese sistema del que forma parte (organización, partido político, familia, ONG…..). Ya que las “posiciones” necesitan varíar tanto como los movimientos que se producen entre los componentes del sistema.

Un líder sirve como seguidor de otro líder (una idea o una visión). Y al tiempo que lidera, encabezando al equipo, inspirándolo, también lo hace desde abajo, impulsando al equipo hacia su propósito y dotándole de lo que necesita.

De la cualidad y la calidad de vida

Ambas mejoran notablemente cuando trabajas tu liderazgo personal.

Ganas cualidad de vida desde el momento en que te distingues por las cualidades personales que vas adquiriendo con el entrenamiento de tus habilidades de liderazgo personal.

Y ganas calidad de vida, porque ganas congruencia. Y eso se refleja en un estado de mayor tranquilidad, creatividad, confianza y altruismo.

Consigues decidir conscientemente el camino que recorres y por lo tanto, aunque en ocasiones no sea placentero, ha sido elegido por ti y te empodera para continuar o corregir desde una posición de consciencia personal.

Desde mi experiencia, ese autoliderazgo es imprescindible para poder liderar a otros de forma honesta, comprometida, ecológica y exitosa.

No permitas que te quiten tu liderazgo personal, y menos tu calidad de vida.

Desde mi experiencia la calidad de vida no está en lo material sino en el estado interior de equilibrio y congruencia con aquello que sentimos, pensamos y hacemos.

Cuida tu liderazgo. Cuida a quien sigues porque determinará la calidad de tu liderazgo.

 

2 comentarios

  1. María Ángeles dice:

    Es verdad, la palabra liderar se ha banalizado. Y no significa que te vean “arriba”, sino que es llevar las riendas. No creer que las llevas ni intentarlo. Es levarlas. No es fácil y a uno solo le cuesta ver el camino. Camino doloroso, en ocasiones. Pero vale la pena. Y se siente. Se siente, sobre todo, la paz que otorga esa congruencia.
    Gracias, Ascen, por compartir sabiduría vivida. Tomo el mensaje que nos ofreces.

    • Ascen dice:

      Muchas gracias por tu aportación. Me consta que tú también hablas desde la sabiduría y humildad vivida. Feliz camino. La aceptación de lo doloroso como parte de la vida también es feliz.

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